sábado, 25 de mayo de 2019

Guerra y resilencia en Kasai

Si bien este país ha tenido numerosos problemas y conflictos internos, el de la región de Kasai, en el corazón del país (centro-sur), destaca por el elevado número de muertes y violaciones de derechos humanos. Se trata de un conflicto basado en el resentimiento social y tribal y en la lucha por el control del país.

El origen se remonta al año 2016, cuando el presidente Joseph Kabila, en el poder desde 2001, decidió retrasar las elecciones para permanecer más tiempo en el poder. La muerte de su principal opositor, Étienne Tshisekedi, facilitó las intenciones de Kabila de seguir en la presidencia, pero desde entonces este ha tenido que confrontar una oposición armada: la milicia de Kamuina Nsapu y en sus acciones contra la milicia, las autoridades causaron en las primeras semanas 400 muertes, tanto de personas armados como de población civil. 

En 2017 hubo 1,7 millones de personas que dejaron sus hogares y se desplazaron a países vecinos en busca de asilo. Hasta la fecha ha habido un total de 3,9 millones de personas desplazadas. El conflicto ha agravado la hambruna en el país, que alcanza los 7,7 millones de personas. De ellas, 3,3 millones se ubican en la región de Kasai, que es la más azotada por el conflicto. En enero de 2018, se estimó en 400.000 el número de niños malnutridos. En mayo de 2018, al menos la mitad de todos los niños menores de cinco años padecían desnutrición aguda, incluidos 260.000 niños que corren el riesgo de morir debido a una desnutrición grave. 

Las cifras no hacen más que elevarse debido a la migración y a la situación de peligro que sufren miles de personas. La RDC ha pedido al Banco Mundial 1.700 millones de dólares para poder establecer y ayudar a la población. Pero esta suma no ha sido entregada ni ha habido ninguna aportación económica por parte de ninguna organización internacional.

Sin embargo, es admirable como el poder de la esperanza supera esto y en octubre de 2018, cientos de los miles de congoleños que habían huido al monte o a la vecina Angola empezaron a regresar a sus comunidades con el fin de reconstruir sus vidas. Muchos milicianos también se han rendido y pesar de los innumerables desafíos, las familias no dejan morir la esperanza.

Para ver la galería completa de fotos de Vicent Tremeau para UNICEF, visita nuestra fanpage Mujeres del Congo.

Éric Kabamba, médico del Hospital Kanzala, donde está tratando a Batuakapapa Marie, de cuatro años, en su Unidad de Tratamiento de Nutrición Intensiva.
Ngalula Tshufuila Marie, de 13 años, mientras agarra su posesión más preciada, su osito de peluche, contrasta radicalmente con las experiencias traumáticas que la han traído aquí.

Se han destruido más de 600 escuelas y centros de salud, dejando a muchos niños sin educación. Anto Nteka Shimanga da sus clases bajo un árbol fuera de la escuela primaria Mpanya en Bakuakubala, Kasai