miércoles, 20 de diciembre de 2017

Una victoria poco común: 11 guerrilleros congoleños condenados por violación masiva


Frederic Batumike (con camiseta de Inglaterra) en el tribunal con sus abogados y un traductor. Photo PHR.

En junio del 2016, un tribunal militar acusó a Frederic Batumike, un poderoso legislador regional que representaba a Kivu Sur en el parlamento y lider de una milicia que aterrorizaba a una comunidad local, por ser el autor intelectual de al menos 46 violaciones a niños entre 2013 y 2016.
El patrón de esta serie de violaciones es repugnante: todos eran niños menores de 13 años y algunos de tan solo 18 meses, que fueron robados de sus hogares en la oscuridad de la noche, violados y a menudo, mutilados y arrojados a sus patios o campos fuera de la aldea. 
A medida que los horripilantes ataques se acumularon a lo largo de los meses y años, los expertos de PHR (Physicians for Human Rightstrabajaron intensamente con los médicos del Hospital Panzi para recopilar los hallazgos de los médicos forenses y clasificar las lesiones, para ayudar a establecer un patrón de criminalidad y documentar la evidencia física y psicológica. Cuando los tribunales civiles ignoraron el caso, PHR, junto con socios nacionales e internacionales, hicieron un poderoso llamamiento para que fuera examinado por un tribunal militar. Fueron necesarios tres dolorosos años para llevar los casos a juicio, tres años de incesantes ataques que terminaron con el arresto de Frederic Batumike.
El juicio que empezó el 10 de noviembre contra el político y otros 18 sospechosos, concluyó el 13 de diciembre con la sentencia de Batumike y 10 hombre más a cadena perpetua por "crímenes de lesa humanidad" por violación y asesinato; Otros tres fueron absueltos de violación, y dos de esos hombres enfrentaron sentencias por otros cargos. Otros seis hombres que habían sido juzgados fueron absueltos de los cargos de pertenencia a un grupo armado. El tribunal también otorgó reparaciones de US $ 5.000 a cada uno de los sobrevivientes de los ataques. 
Durante el juicio, el tribunal permitió a los testigos testificar detrás de una pantalla de privacidad, con el cuerpo cubierto de pies a cabeza y la voz disfrazada con tecnología de modificación de voz proporcionada por PHR para proteger sus identidades. Pero después de que una niña sobreviviente se derrumbara llorando, cuando comenzó el relato de su caso, el tribunal permitió que las niñas fueran dispensadas de testificar.
Aunque a los condenados aun tienen derecho de apelación, los cargos políticos de los acusados no pudieron estar por encima de la ley y el veredicto es un rayo de esperanza sin precedentes en Congo: "Este veredicto da esperanza a las multitudes de víctimas silenciosas y traumatizadas que no se han atrevido a hablar porque no tenían fe en nuestro sistema de justicia", dijo el Dr. Denis Mukwege, quien fundó y dirigió el Hospital Panzi en el tratamiento de decenas de miles de sobrevivientes. de violencia sexual.